Generosidad

Jimina Sabadú
7 min readMar 3, 2021

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Verónica Echegui recogiendo el Feroz a Mejor Actriz de Repartopor Explota explota.

El proceso de convertirse en actor es algo parecido a esto: te gusta el cine (o no), te gusta el teatro(o no), te ves guapo (casi siempre) y hay algo dentro de ti que se mueve y palpita, que quiere salir. No sabes cómo sacarlo, y te molesta, pero también te agrada. Eres pequeño (o pequeña, ya sabéis) y ves en la tele a gente feliz y arreglada que sube al escenario a dar las gracias porque le dan un trofeo. A veces por una película que te ha hecho creer en algo, no importa el qué, que te ha hecho feliz por un par de horas. Entonces hablas con tus padres y te dicen que ni hablar, que te vas a morir de hambre. Al final les convences, o no les convences. Estudias o no, pero al mismo tiempo te apuntas a clases de interpretación. Puede ser en una escuela grande, conocida, o en algún pequeño taller. Tu aspecto no le convence a nadie. Un día te cruzas con Nadjwa Nimri por la calle y le pides una foto. Otro día esperas a la salida del teatro a Manuel de Blas porque te ha emocionado lo que ha hecho en el escenario. Empiezas a leer revistas. Buscas un trabajo en el que si sale un rodaje, aunque sea pequeño, te dejan ir. Así que de repente eres camarero. Aguantas a borrachos e hijos de puta. Puede que seas camarera, y entonces aguantas a más hijos de puta que borrachos. Pero la situación es la misma: una vida a matacaballo. Mientras pasan las noches ves que a éste y a aquel les dan un papel. A veces es a gente a la que quieres, a veces es a gente que te ha dado una puñalada, o dos, o cincuenta. Un buen día te dan un papel en un corto que no es como los demás. El corto está bien. Y tú quedas bien. El corto a lo mejor no se mueve mucho, pero lo ve alguien que se acuerda de ti para otra cosa. Y otra, y luego otra. La gente te reconoce por la calle y te pide fotos ¡a ti! Pero no saben que luego no tienes ni para suavizante. Hay épocas en las que nadie te llama, y le pegas telefonazos a los de prensa para que te metan en los photocall y alguien se acuerde de ti. Para ir a las fiestas y decir “Oye, si tienes algún papel llámame”. Puedes ser gentuza o puedes ser una bellísima persona. Eso es cosa tuya. Pero han pasado doce años y eres una persona más refinada en maneras, gustos. Conoces unos cuantos nombres y ya tienes compañeros de profesión, incluso amigos. Ya tienes agente, o quizás lo has perdido. Te llaman para una película que no tiene un gran presupuesto, pero el papel es interesante. El director te da buena onda. Haces la película y tú, especialmente tú, gustas mucho. Te invitan a fiestas y haces reportajes. Los tiempos del bar parecen olvidados, aunque sabes que cualquier día vuelves, que la fama es volátil y que un año un actor lo hace todo y al año siguiente nadie se acuerda de él.

Con los guionistas es muy parecido, pero nadie se saca fotos con ellos. Y con los directores igual, pero por cada veinte actores hay sitio para tres guionistas, y por cada tres guionistas cabe, con suerte, un director. Si te equivocas una vez ya no levantarás cabeza.

Luego están los productores y los distribuidores. Estos viven de manera diferente, porque a veces las películas fracasan aunque no lo parece, porque han salido en todas partes. Tu economía está en equilibrio. Vives bien, pero un error te puede llevar a una deuda enorme. A tu familia política le gusta que le hables de actores a los que conoces (aunque nunca han visto las películas ni las series en las que salen) pero piensan que el cine español es una mierda, que tú eres un paniaguado, y que lo que haces es de putas y maricones en la Guerra Civil. Bueno, te callas porque es Navidad. Y a seguir la vida.

Este es el proceso para los puestos que se ven. El de los puestos que no se ven es muy, muy parecido, y además si ganas un premio no hay prensa ni curiosos.

En todos estos casos la gente con suerte hace diez, ocho pelis. Algunos se quedan en una o dos y orbitan en torno al mercado todo lo que pueden. Las actrices que se quedan embarazadas antes de subirse al carro se tienen que ir; nunca más tendrán tiempo. Las mujeres que debuten en la dirección lo harán una década después de los directores. Puede que esto cambie algún día, o puede que no. Pero todos, hombres y mujeres, cabrones o almas cándidas, todos recorren un camino empedrado y doloroso. Que lo es, de verdad que lo es.

Este es el camino que recorren los afortunados, los que tuvieron una oportunidad, porque hay quienes no tuvieron ni eso. Anoche pensé en todas las actrices con talento mediano o grande a las que he conocido, que son muchas. Todas las que nunca accedieron a ese papel que llamase la atención sobre ellas. Las vi a todas al ver a Verónica Echegui recogiendo el Feroz con un discurso que se hacía largo, pero que era su discurso, porque era su momento. Y entonces Paca la Piraña la enmudeció, igual que Paca la Piraña habrá sido enmudecida cientos de miles de veces. Esto sucedió en un auditorio en el que se respetaban las medidas de seguridad mientras que fuera muchos pedían que aquello no sucediese: la derecha que no ve cine español pero que aún así lo odia, y los negacionistas que llamaban a los asistentes asesinos. Los primeros lo hacían por Internet y los segundos en la puerta. Para evitar que estas cosas vayan a más había una dotación de policía. Una de las asistentes se presentó sin embargo con un top en el que se podía leer A.C.A.B. (All Cops Are Bastards). No creo que sea una enemiga de la policía; pienso más bien que quería llamar la atención, pero nunca lo sabré.

Ayer se concedieron premios después de un año difícil en el que han cerrado salas, negocios, y en el que las plataformas (de cine y de todo lo demás) han aprovechado para recoger los peces del río revuelto. Pilar Palomero recogió el premio por su primera película, rodada con 38 años. Nuria Giménez recogió otro por su primer documental. Rodrigo Sorogoyen fue premiado por una serie complicada y polémica. Loles León tuvo que pedir silencio para poder dar el premio. Koldo Uriarte y Bingen Mendizaba recibieron el de mejor música original y Uriarte tuvo muy buenas palabras, emocionadas de verdad, para con Roque Baños. Puede que no le volvamos a ver en un evento, porque los compositores no salen a la palestra. El extraño Año del descubrimiento ganó un premio; un proyecto complejo que yo creo que quedará. Ha sido un año muy difícil para todo el mundo, hasta para Victoria Abril, que probablemente no se arrepienta de nada, pero que pidió perdón por lo que dijo, y lo hizo creíble porque es de las mejores actrices que hemos tenido nunca. Y el premio se lo entregó un tío al que quiere todo el mundo que le ha tratado: Jorge Sanz. Jorge Sanz sabe bien lo que es la vida del actor.

Vaya 2020. Es casi un milagro que se haya conseguido hacer esta gala. Y ahí han aguantado los nominados, en silencio, separados, con la mascarilla. Varias celebridades de las redes y las varietés recitaron monólogos sobre si mismas, porque quién quiere oír hablar de los nominados. Esos no dan followers. Un productor que ha hecho casi sesenta películas subió con un guión ajeno a decir que básicamente había hecho todas esas películas por ser un hombre: curiosa manera de poner a alguien en la diana cuando la rama del cine con más mujeres relevantes sea posiblemente la de la producción (Sonia Martínez, Maria Luisa Gutiérrez, Sandra Hermida, Belén Atienza, Puy Oria, Lola Salvador, Elena Manrique, Piluca Baquero, María del Puy Alvarado, Nahikari Ipiña, Sandra Tapia… sólo por citar algunas). Todo esto es raro porque ha habido ediciones de los Feroz sobresalientes. No se qué ha pasado. Habrá sido el desánimo, o habrá sido que hay quien no puede dejar pasar la oportunidad de ser el centro de atención. Sólo conozco en persona a media docena de los nominados y asistentes. No sé, habrá también vagos e hijos de puta. No lo dudo. Pero anoche era su momento. La mala educación se ejerce en pocos segundos, pero la generosidad requiere tiempo y comprensión. A lo mejor requiere años de trabajo, y es una pena que este se pueda restregar por el suelo en tan poco tiempo.

Y sin más, mi enhorabuena a todos los nominados y también a todos los que no lo estaban. No es fácil sacar un proyecto adelante. Que nadie os quite ni un segundo de atención.

Los europeos de Víctor García León es una de las películas de las que podrías haber oído hablar anoche de no haber sido por…

Tengo un cacito virtual aquí en caso de que te haya gustado mucho todo esto.

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